viernes, 4 de octubre de 2024

Reto 2

        Para este segundo reto del curso me gustaría destacar la figura de Ana María Prieto, la que probablemente sea la primera mujer programadora española. La he escogido por diversas razones: pertenecer al ámbito de las tecnologías de la información y comunicación (en adelante TIC), del que se ocupa el Ministerio de la Transformación Digital y de la Función Pública, al cual estoy destinada en la actualidad; por haber residido en Madrid, mi localidad, donde empieza a dedicarse a la programación; y, por último, por no haber alcanzado todavía el reconocimiento que merece, siendo una figura prácticamente desconocida hasta hace pocos años, cuando es entrevistada por La Voz de Galicia.

Ana María Prieto nace en Santiago de Compostela en 1942. Se muda con su familia a Madrid al cumplir los 9 años. Comienza su carrera académica estudiando Farmacia, siguiendo el deseo de su madre, pero finalmente decide explorar otros ámbitos que le resultan más innovadores.

En 1963 comienza a trabajar en Bull General Electric, una multinacional enfocada a la informática profesional, donde se dedica a la programación, gracias a sus conocimientos matemáticos y a su formación autodidacta. En esta etapa, tiene la oportunidad de colaborar con diversos clientes de la multinacional, algunos de los cuales cuestionan su capacidad para programar. Según cuenta, tuvo que lidiar con que su trabajo no fuera reconocido por el mero hecho de ser mujer, llegando a escuchar que no era apta para ser programadora, sino secretaría.

En 1969 vuelve a su ciudad natal y empieza a trabajar para la Caja de Ahorros, donde desarrolla las Philips e IBM y forma a numerosos profesionales.

Es en el año 1973 cuando, tras contraer matrimonio, deja el trabajo y se muda a Becerreá, un municipio de la provincia de Lugo, para centrarse en la crianza de sus hijos. Su último contacto con la programación a un nivel más profesional es la adquisición de un microordenador para la empresa familiar con el que mecaniza su actividad. 

Desde su jubilación hasta el año 2018, cuando fallece en Becerreá, abandona la programación y se desentiende de las nuevas tecnologías.

Considero que su figura ha contribuido a facilitar el acceso de otras mujeres a este ámbito, tanto a las de su generación como a las precedentes. Con su presencia en esta industria ayudó a normalizar la presencia de las mujeres en este tipo de puestos. Demostró que tenía las habilidades necesarias para ejercer su trabajo, en un ámbito predominantemente masculino, donde era cuestionada por su género, siendo tal su conocimiento y formación que llega a formar a nuevos profesionales. 

Es un modelo a seguir para cualquier mujer y, sobre todo, para las niñas que dudan de su potencial, negándose siquiera a considerar formarse y dedicarse a esta industria, por haber interiorizado que, al ser mujeres, no cuentan con las habilidades y el potencial necesario.

Fuentes

La información empleada en este reto proviene de diversos artículos publicados en La Voz de Galicia:

VARELA, S. (2019) «Fui la primera mujer programadora» La Voz de Galicia, Disponible en: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/lugo/becerrea/2016/05/13/fui-primera-mujer-programadora/0003_201605H13P60991.htm (Fecha de acceso: 4 de octubre de 2024).

VARELA, S. (2019) La gallega que fue pionera en España en la programación informática La Voz de Galicia, Disponible en: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2018/07/01/gallega-pionera-espana-programacion-informatica/0003_201807G1P65992.htm (Fecha de acceso: 4 de octubre de 2024).

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